jueves, 6 de junio de 2013

AFERRADA A LA VIDA...



Me cubrí de la lluvia
con un manto de impotencia;
cuando empezó a calar en mi inocencia
surgiste tú para secarme con fuerza

La paz invadía toda mi escena
me dejé llevar por la música de la verbena;
todo lo que tuve que dar lo di, sin vergüenza,
antes de aquella terrible tormenta

Tu imagen se instaló en mi memoria
te llevé en el mismo cielo y en la tierra
allí donde pude estar, sosteniendo en mis manos
el valor necesario para no perder todo el pasado

Luces brillantes, dedos acelerados
sonidos estridentes, vocablos encriptados;
son minutos de completo miedo
de seriedad y rezos al cielo

Pruebas a velocidades inmensas
decisiones de segundos, sin esperar respuestas
temblores que aceleran las pulsaciones;
se cierran los ojos y tras despertar de nuevo las emociones






2 comentarios:

  1. A veces tenemos que sufrir para darnos cuenta de lo que en realidad tenemos...

    ¡Hermoso poema, Clara!

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    1. Así es... la vida nos detiene para que nos hagamos conscientes de todo lo que nos rodea.

      Gracias, Javier!

      Feliz fin de semana
      Un abrazo

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"Todo pasa, sólo la serenidad permanece" - Lao Tse

Gracias por leerme!!