Lo vi acercarse
encerrado en su causa
putrefacta bajo su cáscara
bañada con la lluvia de su mirada.
Lo vi arrodillarse
sujetando con sus manos tristes
un ramo de flores silvestres
para adornar aquellas piedras grises.
Lo vi desvanecerse
junto a la cruz fijada en la arena
abrazando esculpidas letras
que se perdían entre la sucia hierba.
Lo vi levantarse
acariciando el brillo de unos ojos
cubiertos por cristal y polvo
convertido en frágil lodo.
Lo vi marcharse
con su joroba apuntando al norte
arrastrando sus pies de fino cobre
tras sepultar su amor bajo aquellas silvestres flores.
Poema espectacular. Acertadísima elección musical para acompañarlo.
ResponderEliminarTu poema hace hermosa la melodía.
Grande Clara, con tu talento a donde quieras.
Rubén
Un placer leer tu comentario.
EliminarGracias, Rubén.
Las palabras penetran en el alma.
ResponderEliminarMuy hermoso y a la vez triste.
Sigue así Clara
Hermoso comentario.
EliminarMuchas gracias.
Besos y abrazos